Investigadores del departamento de Química y del Centro de Grafeno de la Universidad de Cambridge han creado una nueva batería experimental basada en litio-aire, que en teoría aumentaría sustancialmente su capacidad y el número de ciclos que se puede recargar. Se las ha denominado “las baterías definitivas” por todas las mejoras que tienen frente a las de litio-ion, que se usan en toda clase de aparatos.
Según el estudio publicado hoy en la revista ‘Science’, el prototipo se basa en un electrodo altamente poroso de carbono hecho de grafeno y aditivos que alternan las reacciones químicas, siendo más estable y eficiente en una tecnología por ahora en fase de experimentación.
El concepto de batería litio-aire es similar al de un motor de combustión. En esencia, esta tecnología usa el aire para ayudar a la reacción química que genera la electricidad necesaria para que los equipos usen su carga. El problema es que, en prototipos anteriores, durante la descarga se formaba peróxido de litio, que compite con varias reacciones secundarias que atacan al electrolito, reduciendo su eficiencia.
Si en el futuro se implementan estas mejoras en las baterías de los coches, la capacidad, el número de ciclos y el peso serán determinantes para que estos vehículos lleguen a un público todavía reacio a pasarse al motor eléctrico a causa de sus limitaciones.